18 de septiembre, 2025. En Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, la red de organizaciones amazónicas presentó la aplicación AMA 2.0, divulgó datos inéditos y lanzó una animación sobre su trayectoria de casi 20 años
La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), integrada por ocho organizaciones de la sociedad civil de los países amazónicos, realizó en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, el evento “Amazonía bajo fuego: Datos que alertan, gente y agua más vulnerable”, organizado por la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), miembro boliviano de la red. La actividad marcó tres lanzamientos: la nueva aplicación AMA 2.0, datos actualizados sobre el sistema hídrico continental más grande del planeta, la dinámica demográfica y los incendios forestales en la región, además de una animación sobre la trayectoria y actividades de la RAISG.
En el evento, realizado el 11 de septiembre, la RAISG divulgó resultados preliminares y alarmantes del Informe de Áreas Quemadas en la Amazonía hasta 2024. El estudio señaló que, el año pasado, la región enfrentó una de las peores temporadas de fuego registradas, con más de 2,9 millones de focos de calor detectados.
Brasil y Bolivia concentran el 95% de los casos, en gran parte debido a la sequía extrema.
Los datos revelan que, entre 2016 y 2024, la superficie afectada por quemas alcanzó 188 millones de hectáreas, un área equivalente a casi cuatro veces el territorio de España. En 2024, el 57% ocurrió en Brasil y el 28% en Bolivia. Aproximadamente el 39% de las áreas quemadas corresponden a bosques, ecosistemas que no están adaptados al fuego y que pierden rápidamente carbono, biomasa y biodiversidad tras cada evento.
Los análisis también muestran que, aunque la mayoría de las áreas (52%) se quemaron sólo una vez en el período analizado, un 7% ardieron entre cinco y nueve veces, revelando puntos de alta recurrencia que comprometen la regeneración y aumentan la vulnerabilidad socioambiental.
El informe también mapeó el comportamiento de las quemas a lo largo del año. Los meses de agosto a noviembre concentran la mayor parte de los focos, período en el que la sequía y la acción humana se combinan para expandir el fuego en pastizales, sabanas y bosques. La RAISG alerta que la combinación de cambio climático y eventos extremos como El Niño está intensificando la ocurrencia de incendios en áreas antes consideradas resistentes, como los bosques húmedos.
El análisis también señaló la incidencia de quemas en Territorios Indígenas y Áreas Naturales Protegidas, que históricamente funcionan como barreras contra la degradación. En 2024, millones de hectáreas de estos territorios fueron afectadas, lo que evidencia el avance de las presiones incluso sobre áreas legalmente reconocidas. Según RAISG, esto compromete tanto los modos de vida de las comunidades locales como la conservación de servicios ecosistémicos fundamentales, como la regulación climática y la protección de las aguas.
Cambios demográficos e hídricos
Para llegar a los resultados sobre el fuego, se analizaron también datos demográficos e hídricos. La población amazónica casi se duplicó en los últimos 40 años, pasando de 29 millones de personas en 1985 a 58 millones en 2025. Más de la mitad de esta población se concentra en solo diez grandes cuencas hidrográficas, como Mamoré, Tocantins y Negro.
Este crecimiento se tradujo en una mayor urbanización – hoy el 72% de la población amazónica vive en áreas urbanas – y en un aumento de la presión sobre agua, energía, infraestructura y alimentos.
El informe también destacó que la Amazonía es el mayor sistema hídrico continental del planeta, responsable de cerca del 20% de la descarga de agua dulce hacia los océanos. Sin embargo, presiones como la deforestación y las quemas vienen comprometiendo la calidad del agua.
Campañas de monitoreo realizadas en diferentes ríos amazónicos encontraron coliformes totales y fecales en todos los puntos analizados, además de metales como hierro, aluminio y manganeso. También se identificaron altas concentraciones de mercurio en sedimentos y peces en regiones de Perú y Bolivia, superando los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud, lo que representa un riesgo directo para la salud de las poblaciones humanas y los ecosistemas acuáticos.
Aplicación y animación
Como parte de los esfuerzos de RAISG por avanzar en innovación, tecnología y comunicación, se lanzó en el encuentro la aplicación AMA 2.0, versión para celular de la plataforma de monitoreo socioambiental de la red. Abierta al público y disponible en todas las plataformas, la herramienta reúne 23 capas de información que permiten acompañar en tiempo real presiones como deforestación, focos de calor, minería, expansión de infraestructura y cambios en el uso del suelo.
El sistema también incluye indicadores de degradación, como fragmentación de hábitats, impactos sobre cuerpos de agua y variaciones en el carbono forestal. Otro punto destacado es el énfasis en el papel estratégico de los Territorios Indígenas y Áreas Protegidas como barreras frente a la destrucción, además de la integración de datos sobre biodiversidad, servicios ecosistémicos y conectividad ecológica.
El evento también estuvo marcado por la exhibición de una animación de la RAISG, que presenta la trayectoria de la red desde 2007, su metodología de producción de información socioambiental accesible y confiable y la importancia de ponerla a disposición de comunidades, investigadores, periodistas y tomadores de decisiones.
El material audiovisual, elaborado por la secretaría ejecutiva de la red, destaca las principales líneas de trabajo, como monitoreo del fuego, deforestación, conectividad ecológica, demografía y recursos hídricos, y refuerza la necesidad de cooperación transnacional para enfrentar las múltiples amenazas a la Amazonía.
Texto: Instituto Socio Ambiental
 
				


