La Amazonía en emergencia obliga a gobernantes a tomar cartas en el asunto

Este 8 y 9 de agosto de 2023 se reunirán los representantes de los ocho países amazónicos que forman el bloque de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).  Es el cuarto encuentro desde que se creó esta alianza en 1995. Los países miembros son: Guyana, Surinam, Venezuela Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil, cuyo presidente, Lula Da silva, liderará estos diálogos que se desarrollarán en la ciudad de Belem.

El objetivo final será presentar la Declaración de Belém, un acuerdo sobre cómo gestionar las políticas necesarias para el desarrollo participativo, inclusivo y sostenible de la Amazonía, evitando el punto de no retorno.

Foto: COICA

La Amazonía está entrando en un punto crítico, partes de ella ya lo están. Si no se frena la desforestación ahora, y las tasas de pérdida de vegetación natural continúan, al 2030 ya la situación será posiblemente irreversible. La emisión de billones de toneladas de CO2 al ambiente tendrá un impacto en el clima global, un clima más seco y caliente pondrá en riesgo la seguridad alimentaria de las más de 47 millones de personas que viven allí.  La deforestación ya alcanzó el 19% de toda la región panamazónica en 2020. Dos años más tarde, se presentó la cifra más alta de deforestación anual en los últimos 15 años.

Aún parecería que no es posible que un ecosistema tan grande y majestuoso pueda morir, y transformarse tanto. Sin embargo, ya existen cambios importantes en la dinámica amazónica especialmente en el sur de Brasil y de Bolivia donde la estación seca se ha extendido 5 semanas más que hace cuatro décadas, causando sequías extremas y cambios importantes como pasar de ser sumidero de carbono a ser fuente generadora del mismo.

De esto se debe hablar. De esto hablarán los presidentes este 8 y 9 de agosto.

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La ministra de Medioambiente de Brasil, Marina Silva, dijo a la prensa que “todos los presidentes entienden que la Amazonía no puede alcanzar el punto de no retorno”, mientras que Lula Da Silva aseguró que “el mundo precisa ver está reunión en un marco histórico para la discusión de la cuestión climática”

Por su parte, la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, señaló que la meta de preservar el 80% de la Amazonía al 2025 debe ser integrada en la Declaración de los países con el fin de evitar el punto de no retorno, fortaleciendo para ello la capacidad de los países para afrontar este reto.

Días antes un grupo de más de 20 mil personas entre comunidades indígenas, científicos, representantes de la sociedad civil, oenegés, se encontraron en varios paneles, como parte de los Diálogos Amazónicos promovidos por el propio Gobierno de Brasil. De estos debates han salido desde diversos frentes, cartas y pronunciamientos dirigidos a los Presidentes de la Pan Amazonía con aportes para dar solución a esta crisis y sobre todo, dar un cambio de rumbo.

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Entre las recomendaciones está:

Fortalecer la gobernanza amazónica que permita la participación de la sociedad efectiva, es decir las comunidades tradicionales, indígenas y locales que viven en la región, para que sean parte de sus decisiones y organización política. Esto a partir de que se ha determinado que en las zonas de la Amazonía en las que viven pueblos indígenas y comunidades tradicionales, la deforestación es menor al 6%, inclusive más baja que en las Áreas Protegidas en las que no hay grupos humanos.

Reconocer y dar seguridad jurídica a los territorios indígenas que no la tienen y desarrollar las condiciones para que las poblaciones tradicionales puedan mejorar sus ingresos y participar de los beneficios de alternativas sostenibles de la bioeconomía, además de mejorar su acceso a salud y educación.

Estos son solo algunos de los temas que se trataron durante los Diálogos además de muchos otros que también implican cambios estructurales en lo que tiene que ver con los marcos regulatorios y normativos indispensables para implementar un desarrollo distinto que no prosiga destruyendo a un ecosistema tan importante y a su gente, a cuenta de generar ganancias para quienes no viven en la Amazonía.

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Carmen Josse, directora de Fundación EcoCiencia, quien estuvo participando de estas jornadas, nos cuenta lo que está sucediendo en Brasil en las preliminares de la reunión de presidentes:

Primero que nada, a juzgar por las declaraciones que algunas de las autoridades ya han hecho en Belem, es claro que han captado la urgencia que tiene esta Cumbre, las oportunidades, además, que hay en este contexto político único para tomar decisiones transformadoras a partir de debates basados en la evidencia del punto crítico en que estamos y a partir del claro mensaje de los pueblos amazónicos: “nada sin nosotros todo con nosotros”. Lo que significa que esta vez no pueden ser decisiones que produzcan más injusticia ambiental, social y económica para la gente amazónica.

La Amazonía también tiene que producir, no es pensarla intocada, pero con modelos no destructivos sino más bien aprovechando la diversidad tan grande de productos que existen y el conocimiento tradicional sobre ellos, desarrollando oportunidades para la innovación y tecnología en productos amazónicos, y los servicios que se pueden dar incluyendo en los mercados locales e internacionales, generando así ingresos para la gente, insiste Josse.

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De este encuentro debe salir un compromiso con la urgencia y la compresión de un cambio de paradigma, dice Carmen Josse, que significa que los modelos de producción de agronegocios, industrias extractivas sin responsabilidades ni ambientales ni sociales, e ilegalidad rampante, no pueden seguir operando ni ser la única manera de crear un norte del desarrollo, porque no han traído bienestar a las poblaciones locales y nos dejan enormes pasivos ambientales.

Es buscar soluciones desde lo local, de quienes viven a diario en la Amazonía y se encargan y gestionan territorios enormes, reflexiona Carmen Josse. Y no solo indígenas, aquí en Belem hay pobladores que se autodeterminan amazónicos y son hijos de los hijos de los hijos de personas que no fueron indígenas pero que se instalaron aquí. Existen ciudades amazónicas como Manaos que tiene más de dos millones de habitantes. Estas poblaciones deben ser oídas, y así mismo, escuchar.

La consulta previa, libre e informada es otra demanda que muchas de las organizaciones presentes piden a las autoridades. Cumplir con el Convenio 169 y tomar en cuenta a los dueños de los territorios en sus decisiones.

El Observatorio Regional Amazónico (ORA) es una plataforma creada por la OTCA de información regional sobre la Amazonía que propone el intercambio de datos, estadísticas, estudios entre la comunidad científica, la academia, la sociedad civil y las instituciones gubernamentales. Otra solicitud es fortalecer esta red de conocimiento.

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Por último, antes de firmar la Carta, los asistentes a los Diálogos Amazónicos pidieron invertir más en la transición económica y energética con un programa que promueva economías bajas en carbono e inclusiva con los pueblos amazónicos.

Como ecuatoriana y directora ejecutiva de EcoCiencia la expectativa es que, por un lado, de esta cumbre salga una hoja de ruta para todos los países que nos ayudará a priorizar temas, acciones y redes de contribución con las que podamos aportar. Es seguir actuando en función de diálogos con los GADs, los indígenas, y otros pobladores locales, concluye Josse y recuerda que en el Ecuador todavía tenemos mucho bosque (aunque no todo en perfectas condiciones) y tenemos territorios indígenas y áreas protegidas y una apertura desde el Estado para fortalecer corredores ecológicos, lo que significa una oportunidad de intervenir, trabajar en alianzas y encontrar este otro paradigma que funcione para la Amazonía.

No todo está perdido, hay soluciones, hay propuestas, hay diálogos, y hay metas ambiciosas que cumplir. Hay mucho por hacer y la sociedad debe estar atenta a que los compromisos sean ambiciosos y sobre todo, se cumplan.