Por Ana María Acosta y Edison Mejía
19 de octubre, 2022 – Pensando en el equilibro que se busca con una Reserva de la Biosfera, en donde el hombre y su entorno convergen y encuentran un punto de balance entre lo que implica el desarrollo sustentable y la conservación, desde Fundación EcoCiencia ejecutamos e implementamos acciones en favor de la conservación del bosque amazónico y de quienes habitan en él, , incluyendo a las comunidades indígenas y sus conocimientos tradicionales, específicamente en el contexto de la Reserva de la Biosfera del Yasuní (RBY).
Esta Reserva de aproximadamente de 2 millones de hectáreas contiene el Parque Nacional Yasuní, la Zona Intangible Tagaeri Taromenane, el territorio Waorani y una zona de amortiguamiento en las que se concentran las actividades de desarrollo. Fue declarada por la UNESCO en 1989, por representar una de las mayores concentraciones de biodiversidad en el planeta y por albergar diversas nacionalidades indígenas. En esta reserva EcoCiencia implementa proyectos comunitarios que promueven la producción sostenible para asegurar los medios de vida de las comunidades de la Nacionalidad Waorani; entre estos, apoyo a la cadena de producción sostenible del cacao fino de aroma y el manejo sostenible de las machas naturales de bambú junto con el desarrollo de capacidades técnicas y organizativas para agregarle valor y mejorar la gestión de sus emprendimientos.
Complementariamente, EcoCiencia apoya a la Nacionalidad Waorani a desarrollar e implementar un mecanismo para el control y vigilancia territorial que incluye la conformación de un equipo de monitores indígenas y un plan de implementación de esas acciones de monitoreo. Este mecanismo permite registrar y reportar presiones socioambientales causadas por actores propios y ajenos al territorio, define y activa los protocolos para resolver eses casos reportados mediante decisiones propias o denuncias frente a las autoridades públicas de control.
Juntas, estas acciones permiten el empoderamiento de las comunidades y las organizaciones indígenas, mejoran sus capacidades para ejercer gobernanza de sus territorios, en el contexto de una gestión articulada con los otras actores públicos y privados que interactúan en el contexto de de la RBY.
Es así que, desde EcoCiencia, además de aportar al mejoramiento de los medios de vida y a la defensa de los territorios indígenas, aportamos a la mitigación y adaptación al cambio climático, a la conservación de la biodiversidad y los servicios ambientales asociados, con impacto a escala local, regional y global.
Capacitación para la gobernanza
A través del fortalecimiento de capacidades para la implementación de los Planes de Vida o los Planes de Gestión y Gobernanza Territorial, como instrumentos de planificación y gestión del territorio, reforzamos el empoderamiento de comunidades indígenas waorani para que sus derechos sean respetados.
Asimismo, gracias a la implementación de sistemas de monitoreo propios a la Nacionalidad Waorani, que se vinculan a sus estrategias de gobernanza, se logra una efectiva capacidad de autogobierno en el contexto del sistema jurídico ecuatoriano, pero con la salvedad de que cuentan con instrumentos propios como reglamentos o mandatos que contienen los protocolos necesarios para dar solución a las problemáticas socioambientales generadas.
Los resultados de este proceso plantean insumos relevantes para los Comités de Gestión de la Reserva de la Biosfera Yasuní (espacios de incidencia para concertar y brindar apoyo a la gestión de la Reserva), y de esta manera difunden los esfuerzos que se desarrollan en materia de conservación del bosque.
Reconocimiento estatal para facilitar capacidades operativas
Las virtudes de contar con la implementación de estrategias de monitoreo y gestión de presiones y amenazas ambientales son amplias y documentadas desde el punto de vista de una buena gobernanza para las comunidades indígenas, pero también permite articular con los requerimientos y necesidades del Estado, cuya capacidad técnica, para el trabajo en un territorio tan amplio, implica desarrollarse con ciertas limitaciones.
Respecto a este abordaje, las labores de monitoreo levantan información ambiental que afecta directa o indirectamente a pobladores por la presencia de actividades de alto impacto como la minería, la explotación hidrocarburífera, la deforestación, el cambio de uso de suelo (agricultura, pastizales, apertura de vías, proyectos eléctricos e hidroeléctricos), la tala ilegal y selectiva, la cacería y pesca ilegal, y otras problemáticas territoriales (invasiones, contaminación).
La respuesta desde el Estado para regular estos factores de impacto supone una serie de limitaciones dada la capacidad técnica y operativa que requiere responder a este número de presiones que se dan en Territorio Indígena a lo largo de la Reserva de Biósfera Yasuní.
Es por esta razón que urge el reconocimiento de las acciones de monitoreo desde las comunidades, en donde los monitores capacitados implementan labores de monitoreo en su territorio gracias al uso de herramientas de registro de amenazas, para que los datos de estos reportes, productos del monitoreo, puedan ser usados por la autoridad ambiental con el fin de hacer cumplir la normativa ambiental y puedan llegar a determinar sanciones administrativas o penales para aquellos que generan actividades de alto impacto.