Ciencia y conocimiento indígena se unen para reducir la pérdida de carbono forestal en la Amazonía

En el marco de la V Cumbre Amazónica de Pueblos Indígenas “Soluciones por una Amazonía viva” organizado por la COICA en Lima, Perú, entre el 5 y 7 de septiembre de 2022, se presentó al público las bases de un proyecto que inician RAISG, COICA y The Woodwell Climate Research center con el fin de reducir la pérdida de carbono forestal en la Amazonía.  

Entre las mesas donde se discutieron soluciones para el cambio climático, está el panel de Aliados y Organizaciones Indígenas.  Allí, Miguel Macedo Bravo del Instituto del Bien Común (Perú) y miembro de RAISG, expuso las líneas gruesas de este proyecto que tendrá una duración de cuatro años y que busca aunar esfuerzos y sumar conocimiento científico con los saberes ancestrales de los pueblos para detectar, monitorear, predecir y disminuir las pérdidas de carbono en territorios indígenas y áreas naturales protegidas de la Pan Amazonía como un todo.  

Cónsono con el tema central de la cumbre y con la campaña de la COICA “Amazonía a Contrarreloj”, el proyecto busca soluciones a esta cuenta regresiva que se cierne sobre la región.  En ese sentido, el proyecto se aboca a estudiar la evolución de las reservas de carbono entre el 2003 y 2024 para hacer proyecciones de cómo, de acuerdo a las formas en las que se manejen las presiones y amenazas, estarán estas reservas para el 2030, establecer modelos de gestión de los bosques locales y regionales, evidenciar el papel determinante que tienen los pueblos indígenas en dicha gestión, además de fijar guías para la elaboración de políticas públicas que propicien los cambios necesarios para conservar a la Amazonia. 

Así, la incidencia del trabajo del consorcio RAISG, COICA y The Woodwell Climate Research Center pivota en torno a crear cambios conciencia entre las autoridades de los países amazónicos, los tomadores de decisiones de los centros de poder del mundo y la opinión pública en torno a la importancia de los territorios indígenas y las áreas naturales protegidas para mantener las reservas de carbono forestal. Éste es el punto de partida para gestionar cambios que redunden en el mejoramiento de políticas públicas y la protección legal para territorios indígenas y áreas naturales protegidas en la Pan Amazonía.

El proyecto se inicia con tres Paisajes de Acción Piloto (PALs) en: 

Colombia, el territorio Indígena del Río Mirití, que tiene 1,4 millones de hectáreas y se encuentra habitado por 240 familias indígenas.

Ecuador, el territorio Waorani ocupa aproximadamente 870 mil hectáreas, asignadas mediante escritura pública, y está ubicado en las provincias: Napo, Pastaza y Orellana.

Perú, el territorio Kakataibo, que incluye el Parque Nacional Cordillera Azul, la Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur y las comunidades nativas del pueblo indígena Kakataibo.

Uno de los focos de incidencia de este amplio proyecto, está en llamar la atención del público sobre la importancia que tiene la titulación de las tierra de los pueblos indígenas en este respecto, ya que se ha comprobado que son los pueblos, con sus maneras de relacionarse con los territorios, los mejores custodios y los que dejan menor huella en la naturaleza. Por tanto, defender sus territorios es defender a la Tierra y nuestro bienestar. En su presentación Macedo ilustra este punto mostrando las luchas de los Kakataibo, las dificultades por las que pasan, pero lo mucho que tienen para aportar a la hora de hallar soluciones sostenibles para la Amazonia. 

Lograr que este paradigma cale colectivamente es un gran reto pero ofrece oportunidades, tal como señaló Macedo en su exposición, donde cerró hablando de las posibilidades de construir propuestas de gestión para el desarrollo con base a experiencias locales, compilar data que a partir de evidencias científicas, conocimiento locales y ancestrales que den lugar a la validación de los mismos en campo.